18 Jul Libro de Apocalipsis
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in Apocalipsis
Libro del Apocalipsis
Un estudio expositivo por Lowell Brueckner
CAPITULO 7
Los 144.000 de Israel
Capítulo 7:1-8
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Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.
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Y vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo; y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al
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diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro
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Y oí el número de los que fueron sellados; ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel;
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de la tribu de Judá fueron sellados doce mil; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil;
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de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;
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de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil;
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de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil, y de la tribu de Benjamín fueron sellados doce
Aun en estos días modernos utilizamos el término “los cuatro rincones de la tierra” para referirnos a las cuatro direcciones principales. Como ya mencioné en el último capítulo, a Dios poco le importa satisfacer las demandas científicas de gente crítica. A Él le importa comunicar Su palabra al hombre común.
Los cuatro vientos es una expresión usada por los profetas y también por Jesús que, en Su caso, habló de reunir a los escogidos (Mt.24:31). Parece que indica diferentes casos de movimientos o agitación sobre el mundo entero. Los ángeles están involucrados en lo que tiene que ver con la naturaleza por todo el libro de Apocalipsis. En este pasaje están deteniendo el viento; en 14:18 habla de un ángel que tiene poder sobre el fuego; y en 16:5, hay un ángel de las aguas.
Juan observa desde el cielo a cuatro ángeles que se posicionan en los cuatro puntos de la tierra: norte, sur, este, oeste, para detener más destrucción, mientras en el cielo se ejecutan planes para la salvación de muchísima gente (v.1). Otro ángel sube como el sol desde el este con el sello de Dios (v.2). Los sellos, a menudo, eran los anillos que los gobernantes llevaban en el dedo con su firma, y eran usados para autenticar documentos oficiales, como vimos en el rollo sellado por Dios con siete sellos, en los capítulos 5 y 6.
En este caso, también común, era un sello más grande llevado en la mano. Pilato mandó sellar con el sello del imperio romano la piedra puesta sobre la puerta de la tumba de Jesús, proclamándole así oficialmente muerto. Los sellos también fueron utilizados para marcar una posesión, que es exactamente lo que tenemos en este capítulo. La marca de la bestia, mencionada en los capítulos 13, 14, 16 y 19, revelará a los que pertenecen al anticristo, pero éstos, son sellados para apartarles como la propiedad de Dios en medio del reino del anticristo.
Este último ángel gritó con voz fuerte de autoridad a los ángeles de los cuatro vientos, para que continuaran deteniendo el juicio sobre la naturaleza, es decir, la tierra, el mar y los árboles (v.3). A ellos les ha sido delegada la autoridad para administrar el juicio. El quinto ángel sellará a 144.000 judíos en la frente, 12.000 de cada tribu. El privilegio más grande sobre la tierra es llevar el sello de Dios, lo cual garantiza una seguridad absoluta en Él. Todo el poder de la naturaleza es detenido para dar prioridad a la obra del ángel que sella a los escogidos de Dios (vs.4-8).
Es crucial para nosotros el hecho de que el apóstol escuchara tan claramente el número total y a quienes le fue atribuido. El fundador de los Testigos de Jehová, Charles Taze Russell, enseñaba que solamente estos 144.000 formarían un Israel espiritual e irían al cielo. Los Testigos unen a estos 144.000 del capítulo 7, con los 144.000 que son las primicias en el capítulo 14, concluyendo que se “refiere a los que gobernarán en el cielo con Cristo sobre una tierra paraíso que será llena de un gran número indefinido de gente feliz que adorarán al Dios Jehová” (Sociedad Watchtower 204 9/1 pp. 30-31, preguntas de los lectores).
El texto bíblico posiciona a los 144.000 sellados en la tierra y a la innumerable multitud delante del trono de Dios, totalmente al contrario de lo que enseñan los Testigos. Debido a esta idea, tan claramente equivocada, junto a muchísimas más, los Testigos de Jehová demuestran, desde el principio de su existencia, que nunca han tenido la influencia y alumbramiento del Maestro celestial, el Espíritu Santo. Cualquier persona que constantemente mal interpreta las Escrituras debe cuestionarse si tiene el Espíritu de Dios y si es verdaderamente nacida de nuevo.
Pablo concluyó, por la falsa doctrina sobre la resurrección en Corinto, que “algunos no tienen conocimiento de Dios [os faltáis el sentido de la presencia de Dios y cualquier conocimiento verdadero de Él” (1 Co.15:34, Biblia Amplificada). Las sectas son identificadas por su falsa doctrina, y la gente debe ser advertida contra cualquier individuo o grupo que esté fuera de la cobertura protectora de Dios, habiendo sido entregado a doctrinas de demonios (1 Ti.4:1). Además de la posición de los dos grupos, ¿qué otras cosas nos indican que podemos estar seguros de que los Testigos de Jehová están en un error sobre este pasaje?
¡Dios conoce individualmente a cada uno de Su pueblo, y el cielo no pierde sus documentos de identidad! La Biblia nombra las tribus para que cada judío se identifique dentro de la suya en particular. Si alguien cree que estas tribus no representan a Israel literalmente, tendrá que estar preparado para decirnos el significado espiritual de cada tribu, y explicar por qué cada miembro pertenece a distinto patrimonio tribal espiritual. La Escritura no nos da una clave sobre tal asunto, y por eso tenemos que concluir que los versículos, del 5 al 8, no son espirituales, sino totalmente literales y representan a 12.000 judíos de cada una de las 12 tribus de Israel. Cualquier otra interpretación es pura conjetura y fantasía.
Veamos ahora, más cuidadosamente, cada tribu mencionada. Primeramente, tenemos a Judá, la tribu de Cristo. Tenemos también a Manasés, el mayor, pero menos prominente, hijo de José, y cerca del fin de la lista está José mismo. Aunque Leví, la tribu de los sacerdotes, no heredó ninguna porción del territorio de Israel, también está incluido. Así, tendríamos 13 tribus, si no fuera porque Dan ha sido eliminado. No tengo una buena explicación para estas irregularidades, pero algunos sugieren que Dan y Efraín fueron las tribus que cometieron el pecado de idolatría de forma más drástica en Israel. De una cosa estoy seguro, y es que, de igual manera que el Señor, según Su sabiduría y soberanía, eligió a siete iglesias entre las de Asia Menor, también ha elegido a las 12 tribus más adecuadas para Sus propósitos eternos.
Inmediatamente después de darnos la lista de las 12 tribus de Israel, Juan observó, delante del trono, una multitud innumerable que salieron (RV60) o vienen (LBLA) de la Gran Tribulación. Estudiaremos más de ella después, pero por lo pronto, quiero volver a Mateo 24, donde Jesús enseñó a Sus discípulos acerca de los últimos tiempos. Queremos ver la cronología y la misión de estos judíos.
Hemos visto una perfecta simetría entre el discurso del monte de los Olivos y los primeros cinco sellos que Cristo abrió. El quinto sello, que tenía que ver con el martirio, continúa en Mateo 24:10. Después, Jesús describe el engaño constante y general de aquellos tiempos y la falta de afecto natural en el mundo (vs.11-12). Concluye el versículo 13 mencionando la salvación de aquellos que perseveran hasta el fin. Muchas veces comento que no quiere decir que la perseverancia salva, sino que ¡la salvación persevera!
Después del quinto sello, en el versículo 14, observamos el éxito del evangelio y el cumplimiento final de la comisión dada por Cristo. En el fin, todas las naciones del mundo entero serán evangelizadas. Jesús menciona el fin en Mateo 24:13, y entiendo que se está refiriendo al fin de la Gran Tribulación. En el versículo 15 habla de la abominación de desolación, que ocurre precisamente en medio de la séptima semana de Daniel (9:27). Después, la cronología del versículo 14 está relacionada con su contexto (13-21), es decir, los últimos 3½ años de la séptima semana, que es la Gran Tribulación. En Apocalipsis 7:14 leemos de la multitud que sale de la Gran Tribulación.
En nuestro pasaje, la gran multitud es vista por Juan después de que el ángel selle a los 144.000 judíos, por eso tiene que haber una conexión. Otra vez, al unir nuestra porción con Mateo 24:14, sugiere fuertemente que los sellados, protegidos y elegidos judíos, serán testigos a las naciones durante la Gran Tribulación y su testimonio tendrá un éxito inmenso. ¡Una multitud innumerable será salvada!
Una multitud innumerable
Capítulo 7:9-17
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Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos.
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Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
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Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,
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diciendo: ¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los Amén.
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Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿Quiénes son y de dónde han venido?
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Y yo le respondí: Señor mío, tú lo Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
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Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre
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Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno,
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pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.