Dios está presente «Gerhard Tersteegen»

Dios está presente «Gerhard Tersteegen»

La Historia detrás del Himno

DIOS ESTÁ PRESENTE

HIMNO: DIOS ESTÁ PRESENTE AUTOR: GERHARD TERSTEEGEN Gerhard Tersteegen nació en Mörs, a 27 kilómetros al nordeste de Düsseldorf, el 25 de noviembre de 1697, místico reformado alemán, influenciado por el Movimiento Pietista Protestante del siglo XVII. Murió en Mulheim sobre el Ruhr, a 24 kilómetros al nordeste de Düsseldorf, el 3 de abril de 1769. Poeta pietista alemán y uno de los más famosos escritores de himnos en la Alemania del siglo XVIII, quien sostenía, al igual que los bautistas y el cristianismo primitivo, que la Iglesia y el Estado no deberían guardar relaciones entre si, pues “ solo la pureza de las iglesias bajo el poder de la Cruz estaban libres de sospecha”. Tersteegen fue indiferente a la Iglesia establecida, habiendo renunciado tiempo atrás a su carrera mercantil para vivir como un ermitaño, dando a los pobres todo lo que no necesitaba y quedándose solamente para sus escasas necesidades, aunque durante un tiempo fue perturbado por grandes dudas. Posteriormente abandonó tal ascetismo excesivo, dedicándose por las tardes a escribir y durante el día a hacer trabajos manuales. Su primera obra fue Esquema Imparcial de las Verdades Cristianas Básicas en Preguntas y Respuestas, su primera publicación fue una traducción en (1725). En 1727 terminó su Verdadera Teología del Hijo de Dios (no publicada hasta 1821) y compuso su Testimonio de la Verdad, así como su primera colección de himnos y dichos breves rimados, titulados Jardin de Flores Espiritual de Almas Íntimas en Francfort, 1729) . En 1730 publicó en Duisbirg una segunda edición de Mayor Ejercicio de la Fe y el Amor de Joachim Neander (la cuarta y las demás ediciones se titularon Arpa Divina Tocada por los Hijos de Sion), que contenía cincuenta y nueve de sus propios himnos Su mayor obra fue Esquisitas Descripciones de la Vida de las Almas Santas (3 volúmenes), que transmitió la falsa impresión de que albergaba tendencias católicas. Tras 1725, Tersteegen se convirtió en dirigente de reuniones devocionales privadas y tres años más tarde se vio obligado a dejar su actividad comercial y dedicarse a labores cuasi-pastorales, recibiendo su apoyo de las contribuciones de amigos. Desde 1729 fue un predicador itinerante en el (Movimiento de Avivamiento Espiritual). Protestante en la región de Niederrhein, Alemania. Acogía a gente en su casa y hacian reuniones de adoración y oración. Estableció en Otterbeck una comunidad semi-monástica, extendiéndose su influencia por muchas partes, no solo por Alemania, sino incluso Dinamarca, Suecia y Pensilvania, mientras que después de 1732 visitó regularmente Holanda, quedando recogidos los resultados de su prestigio en su Letras Espirituales y Edificantes (2 volúmenes en Solingen). En 1740 una nueva legislación hizo imposible para Tersteegen dirigir sus reuniones devocionales en cualquier parte menos Holanda, aunque diez años después pudo celebrarlas de nuevo, continuando dirigiéndolas cada una o dos semanas, hasta que le fue físicamente imposible dirigirse a grandes audiencias. Parece ser que a sugerencia del consejero supremo consistorial, Johann Julius Hecker, Tersteegen expuso sus ideas sobre la fe, justificación, etc., en el primer apéndice de su Camino de la Verdad en 1750; editado por J. F. Steinkoff, con biografía en Stuttgart, 1905). Criticó en 1763 con habilidad la actitud de Federico el Grande hacia la religión. He aquí lo que el antiguo tejedor de seda Gerhard Tersteegen dijo respecto a Cristo: Existe un bálsamo para todo dolor Una medicina para toda congoja; La mirada vuelta hacia la cruz, Y así esperar el día de mañana. Su fama principal se debe a sus himnos, que le han dado una importancia no menor que la de ningún otro escritor de himnos de la Iglesia reformada. Los tales, ciento once en número, fueron primero incorporados en las colecciones pietistas y separatistas, pero después de 1829 las iglesias regulares los aceptaron en proporción creciente. Muchos han sido traducidos al inglés. El siguiente himno de Gerhard Tersteegen, traducido al español por Juanita de Balloch, lleva por título ¡Dios está presente! ¡Dios está presente! Vamos a postrarnos Ante él con reverencia En silencio estemos Frente a su grandeza Implorando su clemencia Quien con él quiere andar Su mirada eleve Votos le renueve. ¡Dios está presente! Y los serafines lo adoran reverentes “Santo, santo, santo” En su honor le cantan Los ejércitos celestes ¡Oh buen Dios! nuestra voz Como humilde ofrenda A tu trono ascienda. Como el sol irradia Sobre el tierno lirio Que contento se doblega Dios omnipresente Ilumina mi alma Y feliz yo te obedezca Haz que así, tú en mí Seas reflejado Y tu amor probado.



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