DE PIE, DE PIE, CRISTIANOS
HIMNO: DE PIE, DE PIE, CRISTIANOS AUTOR: GEORGE DUFFIED El ministro Dudley Atkins Tyng ( DUDLI A KINS TIN) nació en Maryland el 12 de Enero de 1825. Su madre falleció cuando tenía ocho años pero su influencia y alegría lo irradiaron por toda la vida. Al retirarse su padre del ministerio pastoral, Dudley asumió el ministerio en la Iglesia de la Epifanía. Sin embargo sus convicciones en contra de la esclavitud, en repetidas ocasiones expresadas desde el púlpito, le acarreó el desagrado de los feligreses por lo que en 1856 inició lo que llamaría la Iglesia del Pacto. Allí ministró desde el primero de diciembre de ese año hasta su muerte. Allí se ganó el cariño y reconocimiento de la comunidad y se caracterizó por su esfuerzo determinado en pro del Gran Reavivamiento. El martes 13 de Abril de 1858, Mientras realizaba una visita al campo, se acercó para arriar a una mula que tiraba de una máquina para recoger maíz. La manga de su camisa quedó atrapada entre las ruedas y uno de sus brazos resultó aplastado. La herida resultó ser mortal, y aunque el sábado le amputaron el brazo en un intento por preservar su vida, el domingo falleció. Sus últimas palabras fueron: “Díganles que estén de pie por Jesús: ahora cantemos un himno.” Luego de estas palabras falleció. Sus últimas palabras podrían bien ser interpretadas como un llamado a seguir en la lucha contra la esclavitud, haciendo alusión a la última parte de Lucas 4: 18. Uno de los testigos de este momento fue el ministro presbiteriano George Duffied, quien se vio tan impactado por las palabras estén de pie por Jesús, que escribió la letra de un himno en el que todas las estrofas empezaron con estas palabras. En 1858 le entregó el manuscrito al Superintendente de su Escuela Dominical, quien lo publicó en un pequeño panfleto para los niños. Ese mismo año se incluyó en la edición de El Salmista, y de allí empezó a aparecer en distintos himnarios en inglés ganando una rápida popularidad en la toda la comunidad. La melodía con la que se hizo más conocido fue compuesta por George James Webb en 1837. Fue así como las últimas palabras de un moribundo predicador terminaron inmortalizadas en un himno majestuoso. ¡DE PIE, DE PIE, CRISTIANOS! ¡De pie, de pie, cristianos!, soldados de la cruz. Seguid el estandarte de vuestro Rey, Jesús, pues victoriosamente sus huestes mandará, y al fiero enemigo, pujante, vencerá. ¡De pie, de pie, cristianos!, pues suena ya el clarín llamando al conflicto al bravo paladín. Soldados varoniles, henchíos de valor, portaos en la lucha con bríos y vigor. ¡De pie, de pie, cristianos!, en Dios la fuerza está; el débil brazo humano bien pronto os faltará. Tomando la armadura de Dios, con oración, donde el deber os llame, id presto con tesón. ¡De pie, de pie, cristianos!, al fin el galardón; si hoy la lucha es recia, mañana habrá canción. Quien salga victorioso Corona obtendrá, y con el Rey de gloria por siempre vivirá.