
29 May ¿Cómo lees?
La Historia detrás del Himno
¿Cómo lees?
Cómo Leer La Biblia 6ª parte
En la lectura debemos buscar la enseñanza espiritual de la palabra
Creo que eso está contenido en mi texto, porque nuestro Señor dice:
“¿No habéis leído?”
…Y luego, nuevamente:
“¿No habéis leído?”
y luego dice:
“Y si supieseis qué significa”
y el significado es algo muy espiritual.
El texto que citaba es: “Misericordia quiero, y no sacrificio,” un texto tomado del profeta Oseas.
Ahora, los escribas y los fariseos enfatizaban la letra:
el sacrificio, degollar el ganado y rituales parecidos.
Ellos pasaban por alto el significado espiritual del pasaje:
“Misericordia quiero, y no sacrificio,” es decir, que Dios prefiere que nos preocupemos por nuestros semejantes más que por el cumplimiento de cualquier ceremonial de Su Ley, y que, al dar prioridad a su observación, hagamos pasar hambre o sed o causemos la muerte a cualquiera de las criaturas que Sus manos han hecho.
Deberían haber ido más allá de lo exterior hacia lo espiritual,y todas nuestras lecturas deben hacer lo mismo.
Observen que este es el caso cuando leemos los pasajes históricos.
“¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?”
Este es un texto histórico que ellos deberían haber leído de tal manera que pudieran haber encontrado su enseñanza espiritual He oído a algunas personas insensatas que dicen:
“Pues a mí no me interesa leer las partes históricas de la Escritura.”
Queridos amigos, no tienen la menor idea de lo que están diciendo. Les digo por experiencia que muchas veces he encontrado mayor profundidad espiritual en las historias, que la que he encontrado en los Salmos.
Ustedes dirán:
“¿Cómo es eso?”
Algunos de los más maravillosos misterios de la revelación, pueden entenderse mejor cuando son explicados de forma visual en las historias, que cuando son presentados en forma de una declaración verbal. Cuando tenemos una definición que explica una ilustración, la ilustración expande y da vida a la definición.
Por ejemplo, cuando el propio Señor quiso explicarnos qué es la fe, hizo referencia a la historia de la serpiente de bronce; y quién, que no haya leído alguna vez la historia de la serpiente de bronce, no ha sentido que ha comprendido mejor la fe por medio del cuadro de las personas que están muriendo por las mordeduras de las serpientes, pero que finalmente viven al contemplar la serpiente de bronce.
Este cuadro tiene mayor fuerza que cualquier descripción que el propio Pablo nos haya dado, independientemente de cuán maravillosas son las definiciones y las descripciones de Pablo.
Les suplico que nunca desprecien las porciones históricas de la Palabra de Dios, sino que cuando no puedan derivar ningún bien de ellas, digan:
“Esto se debe a mi cabeza dura y a mi corazón lento. Oh Señor, dígnate aclarar mi cerebro y limpiar mi alma.”
Cuando Él responda esa oración, ustedes van a sentir que cada porción de la Palabra de Dios es dada por inspiración, y es y debe ser de utilidad para ustedes. Exclamen:
“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.”
Lo mismo es exactamente válido en lo relativo a todos los preceptos ceremoniales, porque el Salvador continúa diciendo:
“¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa?”
No hay ni un solo precepto de la antigua Ley que no tenga un sentido y un significado profundos. Por lo tanto, no evitemos la lectura del libro de Levítico, ni digamos:
“Yo no puedo leer estos capítulos de los libros de Éxodo ni de Números. Tienen que ver con las tribus y con sus estandartes, con las diversas etapas en el desiertoy los correspondientes altos en la marcha, el tabernáculo y todo lo que contiene, o acerca de corchetes de oro y vasos de oro, y tablas, y basas, y piedras preciosas, y azul y púrpura y lino fino.”
No, pero hay que buscar su significado íntimo.
Escudriñen de manera exhaustiva; pues al igual que con el tesoro de un rey, lo más precioso es lo más protegido y difícil de encontrar. Lo mismo sucede con las Santas Escrituras.
¿Han ido alguna vez a la biblioteca del Museo Británico? Hay muchos libros de referencia allí, que el lector puede tomar cuando quiera. Hay otros libros para los que se necesita llenar una tarjeta, y no puede uno tomarlos si no la ha llenado previamente; pero hay allí un grupo selecto de libros que no podrán verse si no se obtiene una orden especial, y esto sólo después de quitar la llave de las puertas,de abrir cajones y ante la presencia de un vigilante que siempre está presente mientras se lleva a cabo la inspección del libro.
Escasamente se te permite fijar tus ojos en el manuscrito, por temor de que se borre una letra mientras se la está mirando.
Es un tesoro tan precioso.
No hay ninguna otra copia en todo el mundo, y por lo tanto no es fácil su acceso.
Las verdades más elevadas están muy bien escondidas, como los tesoros reales de los príncipes; por lo tanto debes escudriñar cuando lees.
La doctrina de la elección es una cosa, pero saber que Dios te ha predestinado a ti, y tener su fruto en buenas obras a las cuales has sido ordenado, es algo muy diferente.
Hablar del amor de Cristo, hablar del cielo que ha sido destinado para Su pueblo, y cosas semejantes, todo eso está muy bien.
Pero esto puede hacerse sin tener un conocimiento personal de esas cosas.
Las doctrinas de la gracia son buenas, pero es mejor aún la gracia de las doctrinas.