Las oraciones de la Biblia.
Hablar de oración es hablar de vida cristiana. Hablar de oración es hablar de pasión por Dios. Hablar de oración es hablar de humildad y reconocimiento hacia el Señor. Hablar de oración es hablar de la Biblia.
Orar no es otra cosa que relacionarse con Dios. Es acercarnos a Él para adorarle, para pedir, para buscar, para llamar. Orar es sentir que somos su creación y disfrutar sabiendo que Dios es nuestro creador.
El creyente descansa sabiendo que nuestro Dios no está lejos. Él escucha cuando los suyos oran. En diferentes etapas de la historia, el pueblo de Dios se ha visto en la imperiosa necesidad de recuperar el valor de la oración, dedicándole el tiempo y dándole la importancia que ésta tiene.
La Biblia es la máxima autoridad para los cristianos, y ha de serlo también en esta vital acción. En ella aprendemos de los que nos precedieron. En la Biblia tenemos muchos y muy diferentes ejemplos de oraciones donde vemos a hombres y mujeres, como nosotros, yendo a Dios en confianza, en dependencia, con temor, a veces incluso con miedo.
Otras veces en el gozo de la victoria, orando en las buenas, orando en las malas, en ocasiones llorando, en otras danzando de alegría. Unos orando en palacios, otros en cárceles.
Algunas oraciones tan cortas como el gemido de un clamor. Otras que se alargan por semanas.