27 Jul ¡Dulce comunión la que gozo ya! “Elisha Hoffman”
La Historia detrás del Himno
Himno: ¡Dulce comunión la que gozo ya!
Autor : Elisha Hoffman
¡Cuán importante es el canto de alabanza en un hogar cristiano! El canto himnos en el hogar son una expresión de alabanza a nuestro gran Dios y, además, tienen un impacto positivo en el crecimiento de los niños. Tal es el caso del autor de himnos Elisha Hoffman.
Elisha Hoffman nació en Pensilvania, Estados Unidos, el 7 de mayo de 1839.
Era hijo de Francis y Rebecca Hoffman, quienes eran alemanes de origen.
El Sr. Francis fue también ministro en la Asociación Evangélica por más de 60 años y los hijos fueron instruidos también a la luz de la Palabra de Dios.
Hoffman creció cantando himnos sagrados tanto en la iglesia como en el hogar con sus padres.
Las primeras impresiones que tuvo Elisha sobre la música fue precisamente en su propio hogar.
Sus padres no eran músicos, pero sabían cantar y cuando se sentaban como familia para leer la Biblia y orar dedicaban entre media hora a una hora entonando himnos.
Fue en su hogar que tuvo la única instrucción musical, ya que nunca asistió a una escuela de música ni a clases particulares.
Era un hombre autodidacta, así que se aplicó de manera personal a aprender más de música y poesía, para que esa semilla que había sido sembrada pudiera crecer más.
Hoffman, por lo tanto, se familiarizó mucho con la tradición musical y espiritual de la himnología evangélica a una edad muy temprana.
Fue durante estos tiempos de adoración familiar que Hoffman desarrolló un amor por la música sacra y la creencia de que la canción era “una función tan natural del alma como la respiración era una función del cuerpo”.
Es notable que sin haber sido instruido en música ni literatura haya escrito más de dos mil himnos, la mayoría de los cuales también compuso la música y además ayudó en la publicación de más de 50 himnarios.
En 1866 a los 26 años, Hoffman se casó con Susan M. Orwig, que tenía 22 años en ese momento con quien tuvo tres hijos. En 1876, su esposa Susan murió, dejándolo como padre soltero de sus tres hijos.
A principios de 1879, a la edad de 40 años, Hoffman se volvió a casar con Emma, una mujer de 26 años. La pareja tuvo un bebé en diciembre de ese mismo año, que se suma a los otros tres varones de la familia. En ese momento, vivían en Cleveland, Ohio.
Al dejar su puesto en la Asociación Evangélica, Hoffman comenzó su ministerio pastoral.
Desde 1880 hasta 1922, Hoffman fue pastor de varias iglesias en, Ohio; Michigan; y Cabery, Illinois.
Fue durante estos años en el ministerio que Hoffman compuso la mayor parte de sus himnos.
Hay más de dos mil himnos compuestos por Hoffman impresos.
Entre sus canciones más populares y reconocidas se encuentran:
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¡Qué Salvador tan maravilloso!
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Suficiente para mí
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¿Estás lavado en la sangre?
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Apoyado en los brazos eternos
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Ningún otro amigo como Jesús
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Debo decirle a Jesús
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¡Dulce comunión la que gozo ya!
Siempre fue recordado como un hombre honrado y respetable.
Elisha Hoffman falleció en Chicago el 25 de noviembre de 1929, y está enterrado en el cementerio de Oak Woods.
A continuación, damos paso a la lectura y canto del himno: ¡Dulce comunión la que gozo ya!