Himno: Dominará Jesús el Rey
Autor: Isaac Watts
Isaac Watts nació en Southampton, Inglaterra, el 17 de julio 1674.
Sus padres fueron creyentes piadosos quienes enseñaron a Isaac los principios eternos de la Palabra de Dios.
Fueron varias las veces que su papá fue encarcelado por diferir de la Iglesia de Inglaterra.
En una de esas oportunidades su mamá cantaba himnos afuera de la cárcel con Isaac en los brazos.
Desde muy pequeño Isaac fue un muchacho brillante, con un don especial para la poesía.
Con frecuencia expresaba sus pensamientos en prosas, habilidad que usaría a lo largo de muchos años para la gloria del Señor.
El canto en las iglesias durante finales del siglo XVII consistía en los salmos hechos poesía.
El pensamiento era que, para Dios agradarse del canto entre los cristianos debía usarse el himnario de la Biblia: el libro de los Salmos.
Por lo general, las rimas y la música no eran adecuados para el canto congregacional.
Además de esto, los cánticos no contenían ninguna de las enseñanzas del Nuevo Testamento ni tampoco sobre el Señor Jesucristo o la Iglesia.
Un domingo, el joven Isaac regresó de la reunión un tanto decepcionado con el canto en la congregación.
Al llegar a casa, Isaac hizo saber su queja a su padre, quien le respondió:
“Muy bien, jovencito, entonces, ¿Por qué no escribes algo mejor tú mismo?” Y eso fue lo que Isaac hizo.
A partir de ese momento, comenzó a escribir un himno cada domingo por más de dos años y, a lo largo de toda su vida, escribió más de 600 himnos excelentes que todavía cantamos.
Su hermano quiso animarlo a que publicara los himnos que había escrito para el provecho de todos.
Le dijo, “Hay una gran necesidad de una pluma, viva y vigorosa como la tuya, para avivar y levantar la moribunda devoción de la época”.
Isaac publicó su himnario “Himnos y Cánticos Espirituales” en el año 1707.
La aceptación de estos cánticos estuvo dividida por muchos años.
Había quienes criticaban, e incluso se mofaban, que alguien osara pensar en tener más conocimiento que el Espíritu Santo (por querer cambiar que se cantaran los salmos de la Biblia), mientras que otros recibieron estos himnos con alegría y comenzaron a cantarlos.
En 1719 publicó otro himnario llamado “Los Salmos de David imitados en el lenguaje del Nuevo Testamento”.
En estos cánticos aplicaba los salmos de David a la vida del cristiano en la iglesia y al Señor Jesucristo.
El himno Dominará Jesús el rey es un ejemplo de este tipo de himnos y está basado en el Salmo 72.
Hay buenas razones que indican el motivo por los que los himnos de Isaac Watts han perdurado.
Escribió en un estilo muy simple.
Sus letras tocaban y eran fáciles de entender tanto para eruditos como para personas sin educación.
Estaba comprometido con la Verdad del Nuevo Testamento.
“Siempre enfocaba su atención a la persona de Jesucristo y a Su Obra y no le bastaba hablar en términos generales de Dios y Su Misericordia”, (según Lawrence Roff en su libro “Cantemos”).
Además parafraseaba las escrituras frecuentemente y a menudo las citaba directamente.
Evitaba la complejidad y usaba imágenes vivas con el fin de tocar las emociones. Sus himnos asombran y maravillan.
Por estas y otras razones es obvio que escribía con la congregación en mente, por lo que prefería el pronombre en plural por encima del singular.
Isaac Watts fue el poeta que cambió el canto en muchas iglesias y abrió la puerta a la abundante y hermosa poesía que vino después de él en los años 1800 y 1900.
Murió en 1748, bien podemos aplicar las palabras de Apocalipsis 14:13 a Isaac Watts como uno de los que “descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.
Con frecuencia podemos no hacer más que quejarnos y criticar cuando algo no nos parece.
Más bien, nuestra inquietud debe motivarnos a hacer algo nosotros mismos que sea para la edificación y crecimiento del pueblo del Señor, como lo hizo Isaac Watts.
A continuación, damos paso a la lectura y canto del himno: Dominará Jesús el rey
Dominará Jesús el Rey
en todo país que alumbra el sol,
regido por su santa ley,
y puesto a prueba en su crisol.
Le ensalzarán en la canción
que eternamente elevarán;
en nombre de Él cada oración,
cuál un perfume suave harán.
Idólatras traerán su don,
delante de Él se postrarán:
y los que contumaces son
la tierra, triste, lamerán.
Benéfico descenderá
sereno fertilizador:
del poderoso librará
al que no tiene ayudador.
Al grano que en la tierra cae,
cual Líbano es su conmoción,
admiración su mies atrae,
y todo en él es bendición.
