¿Donde pasaras la Eternidad? “Elíseo Albright Hoffma”

¿Donde pasaras la Eternidad? “Elíseo Albright Hoffma”

La Historia detrás del Himno

HIMNO: ¿DONDE ESTARÁS EN LA ETERNIDAD?

AUTOR: ELÍSEO ALBRIGHT HOFFMAN

Elíseo Albright Hoffman nació el 7 de mayo de 1,839, en el estado norteamericano de Pennsylvania.

Su padre fue ministro del Evangelio en la Asociación Evangélica, y prestó más de sesenta años de servicio en la predicación de la Palabra.

Eliseo fue pastor y escritor de himnos, educado en las escuelas públicas de Filadelfia, la ciudad del Amor Fraternal, y se graduó en el curso científico de la Escuela Secundaria Central.

Luego tomó los clásicos y completó un curso clásico en el Seminario Unión de la Asociación Evangélica. Durante once años estuvo relacionado con la editorial de la Asociación en Cleveland, Ohio.

Su educación musical fue limitada. Cargado de un talento natural, Elíseo jamás asistió a una Escuela de Música, pero fue un músico nato. Todo el conocimiento musical que tenía lo obtuvo por aplicación personal. 

Las primeras impresiones del Sr. Hoffman sobre la música vinieron al escuchar la voz del canto sagrado en el hogar. Sus padres tenían voces dulces y cantaban bien. Era su costumbre, en la hora del culto familiar, tanto por la mañana como por la noche, cantar uno o dos himnos. A temprana edad, los niños se familiarizaron con estos himnos y aprendieron a amarlos y a sentir su poder santificador y refinador.

Sus vidas fueron maravillosamente influenciadas por este pequeño servicio de canto en el hogar, se creó y desarrolló un gusto por la música sagrada, y el canto se convirtió en una función tan natural del alma como la respiración era una función del cuerpo.

Bajo el poder de tal entorno, el Sr. Hoffman tomó conciencia de una posesión principesca con la que Dios lo había dotado: la capacidad de expresar sus intuiciones y concepciones en métrica y canto. 

Su ser interior se estremeció con inspiraciones, anhelando expresión, y usó el poder con el que Dios lo había revestido en la producción de las muchas canciones que llevan su nombre. 

Su primera composición la dió al mundo cuando tenía dieciocho años de edad. Desde entonces corazón, cerebro y pluma han sido muy prolíficos en el nacimiento de canciones.

En la mayor parte de sus composiciones musicales, el Sr. Hoffman es el autor tanto de la letra como de la música.

Cuando una melodía nace en su alma, las palabras apropiadas parecen asociarse inmediatamente con la melodía; o, cuando una concepción en su mente se cristaliza en un himno, por lo general está presente la sugerencia de una melodía que dará expresión adecuada y apropiada a la concepción mental. Hay excepciones, pero esta es la regla que le rige en sus escritos musicales.

Al igual que su padre antes que él, el Sr. Hoffman fue un ministro del Evangelio durante muchos años y posteriormente fue el pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana de Benton Harbor, Michigan, donde sirvió durante más de trece años.

Si bien su ministerio en las iglesias a las que sirvió fue fructífero, sus cánticos con el bien que han hecho han constituido un ministerio aún mayor. A través de sus canciones predicó a miles de personas.

Elíseo Hoffman tenía 90 años cuando murió el 25 de noviembre de 1929 en Chicago, Illinois. Entre sus canciones más populares y útiles se encuentran:

–“¡Qué maravilloso Salvador!”,

–“Suficiente para mí”,

— “No hay otro amigo como Jesús”,

–“¿Estás lavado en la sangre?”,

y ¿Donde estarás en la eternidad?

Himno que a continuación damos paso a su lectura:

¿Dónde estarás en la eternidad?
¿Nunca has sufrido tal ansiedad?
¿En qué sentido has de contestar?
¿Dónde estarás en la eternidad?

¡Eternidad!  ¡Eternidad!
¿Dónde estarás en la eternidad?

  1. Unos se acogen al Salvador,
    ya desechando su viejo error.
    Ellos con Cristo lugar tendrán;
    a eterna gloria los suyos van.

  2. Otros siguiendo su voluntad,
    desconociendo su maldad,
    andan por senda de rebelión
    que los conduce a perdición.

  3. Tu indecisión puede ser fatal.
    ¡Piensa que el alma es inmortal!
    Dios quiere darte la salvación
    y de su gracia la redención.



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