Pronto Jesús de los cielos vendrá “Robert Harkness”

Pronto Jesús de los cielos vendrá “Robert Harkness”

La Historia detrás del Himno

HIMNO: Pronto Jesús de los cielos vendrá

AUTOR: Robert Harkness

Robert Harkness nació el 2 de marzo de 1877 en Bendigo, Australia.

Hijo de Abraham y Jane Harkness, una pareja cristiana piadosa.

Desde muy pequeño Robert mostró habilidad e interés en la música, especialmente en el piano y el órgano.

Aunque muy conocedor de las Escrituras, fue durante la visita de los evangelistas Reuben Torrey y Charles Alexander a la ciudad natal de Robert que el joven fue salvo.

El Sr. Alexander había observado un talento musical en Robert y mostro especial interés en él.

Fue durante un largo trayecto en bicicleta en Bendigo, conversando con el Sr. Alexander sobre el evangelio, que Robert aceptó a Cristo como Salvador.

Desde ese momento, Robert se unió a aquel par de evangelistas para llevar las nuevas del evangelio alrededor del mundo.

Robert Harkness era un hombre preparado y bien entrenado en la música, y utilizó muy bien sus capacidades para el servicio del Señor.

Era inteligente y buscaba dirigir el canto de la mejor manera para que la congregación pudiera cantar.

Tener en mente la capacidad de canto de la congregación es algo que el Sr. Harkness consideraba con diligencia.

Si estaban a la intemperie, había que tomar en cuenta las condiciones del clima.

También era importante si era la mañana o la noche.

Esto le ayudaría a saber en qué tono empezar y considerar de no llevar el himno a notas muy altas que después otros no pudieran seguir cantando.

El registro de las notas debía ser adecuado para toda la congregación unirse al canto, no solamente para que uno o dos fueran capaces de cantar. ¡Cuánto necesitan aprender estas lecciones quienes dirigen el canto para mejorar los himnos en nuestras congregaciones!

Sus lecciones y métodos han continuado por muchas décadas y han ayudado a muchos a mejorar el canto de los himnos en las reuniones.

Además de compositor, Robert Harkness fue escritor de himnos, ya que en muchos de sus himnos escribió letra y música. Uno de sus himnos dice:

Al cruzar el valle no habrá ya más sombras, cuando nuestras vidas aquí terminará; al oír celestes voces que nos llaman, remontando nuestro vuelo al hogar.

Alguien le preguntó al Sr. Harkness: “¿Cómo hace usted para escribir los himnos? Él contestó: “Pues, cuando me viene un himno lo escribo, si no me viene ningún himno no escribo nada. Ya sabe, uno no puede escribir si no le ha venido nada. Claro, mi trabajo varía. A veces puede ser que escriba treinta himnos en un día, y luego pase un mes donde solamente escriba uno. Mucho depende de la inspiración. La inspiración proviene de los incidentes. Siempre tengo un cuaderno y lápiz cuando estoy en las predicaciones, a veces una sugerencia (o más de una) me puede venir del mensaje que estoy escuchando”.

Escuchar al Sr. Harkness nos puede hacer pensar que escribir himnos es la tarea más sencilla del mundo, sin embargo, requiere preparación, dedicación y mucha atención a la predicación de la Palabra de Dios.

De todas estas, quizás la última es la que más necesitamos desarrollar en nuestra vida cristiana.

Robert Harkness cruzó el valle y remontó su vuelo al hogar celestial en el año 1961, dejándonos un legado de más de 2000 himnos, algunos de los cuales encontramos en nuestros himnarios en español.

A continuación, damos paso a la lectura del himno Pronto Jesús de los cielos vendrá:

 

Pronto Jesús de los cielos vendrá;
dulce es pensarlo y gran gozo nos da.
Transformaranos su rostro al ver;
esta es la meta al fin del correr.

Nos cambiará, nos cambiará,
al ver de Él la gloriosa faz.
Nos cambiará, nos cambiará,
al ver de Él la faz.

Los separados unidos serán,
no más ausentes de Cristo estarán.
A los que duermen resucitará,
y a su imagen Él los cambiará.

Oscuras nubes Él disipará;
noche en día Él transformará.
Las tempestades Él ha de cambiar
en dulce calma; el llanto, en cantar.

Él hará fuerte lo débil al fin,
todo perfecto que ahora es ruin;
y por tristezas su gozo dará;
consigo en gloria a su Iglesia tendrá.



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