Libro del Profeta Zacarías

Libro del Profeta Zacarías

Libro del Profeta Zacarías

 

Un estudio expositivo por Lowell Brueckner

 

Capítulo 12

Reconocimiento de Jesús como Mesías

 

La Batalla de Armagedón

“Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”

Apocalipsis 16:16

(Hebreo: Har significa monte y su nombre en hebreo es Magedón)


Los judíos vuelven a Israel

 

  1. Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho:

  2. He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.

  3. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.

  4. En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.

  5. Y los capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios.

  6. En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.

  7. Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.

  8. En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.

Los verbos extiende y forma están en tiempo presente, lo que significa que el Señor está siempre involucrado con Su creación (v.1). El universo sigue extendiéndose y todas las cosas siguen renovándose. La profecía del capítulo 12 es pesada, tiene que ver con la carga del Señor contra los enemigos de Israel. Dios mismo, creador del hombre, va a tratar con él cuando llegue Su día, juntando a las naciones en el campo de batalla de Armagedón, bajo el Monte Meguido, en el valle de Jezreel, 100 km al noroeste de Jerusalén. Este valle tiene una historia de guerra tremenda. Un experto ha declarado que duda que haya otra parte en el mundo donde hayan acontecido tantas batallas. Aquí apunto los textos en la Biblia donde son mencionadas: Jueces 5:19, Jueces 7; 1 Samuel 31:1-13; 1 Reyes 18:40; 2 Reyes 23:30; 2 Crónicas 35:22.

Esta es la escena de la guerra del “gran día de Dios”. Desde allí la batalla se extenderá ampliamente, llegando hasta la ciudad de Jerusalén. Zacarías está contando la parte principal y más importante… el ataque contra Jerusalén (v.2). Allí, fuera de la ciudad, fluirá la sangre como un río (Ap.14:20). Quizá nos sorprenda saber cuántas porciones de la Biblia hablan de este “día del Señor”: Sal.2:1-9; Is.66:15-16; Joel3:12-21; Mt.24:29-51; Mt.25:31-46; 2 Tes.1:6-9; 2:8; Ap.14:20; 16:12-16; 19:11-21.

El profeta habla de una oposición mundial, cuando las naciones de la tierra no aguantarán más a Jerusalén… ya que los judíos, que habían hecho un pacto con el anticristo, ahora rehusan adorarle.

“Yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos” (v.3). Las dificultades que hay dentro esa ciudad y las “ofensas” (como estamos oyendo en las noticias en el momento… derechos humanos, crímenes de guerra, etc.) son insoportables para las “naciones unidas”. En esta profecía se juntan por última vez contra Judá y Jerusalén, pero ahora, en las noticias, podemos ver los principios de esta oposición.

Muchas veces tenemos en las Escrituras la expresión “Dios se acordó” de Su pueblo y, en este caso, expresa lo mismo de la siguiente forma: “Abriré Mis ojos” (v.4). Esto quiere decir que ha llegado el tiempo en que Él mismo se involucrará para socorrer a los judíos en una situación imposible para ellos. Su soberanía se manifestará agresivamente contra toda la fuerza de las naciones gentiles y contra cada individuo de su ejército. Ellos estarán confiados por la cantidad de ejército que tienen, pero Dios es capaz de influir en su estado de ánimo para que entre el pánico y así, su entrenamiento en la batalla, se cambiará en locura.

Lee las noticias de 15 enero de 2015: “El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió este domingo a los judíos europeos que emigren a Israel después del atentado contra la principal sinagoga de Copenhague, que causó un muerto ‘Israel es vuestro hogar. Estamos preparados para acoger una inmigración procedente de Europa’, afirmó en un comunicado dirigido a los judíos europeos. ‘A todos los judíos de Europa: digo Israel os espera con los brazos abiertos’, añadió el primer ministro. ‘De nuevo el terrorismo del islam extremista golpeó en Europa. Nuevamente un judío europeo perdió la vida por ser judío y este tipo de atentados se repetirán’, advirtió. Benjamin Netanyahu también afirmó que su gobierno adoptará un plan, por valor de 180 millones de shekels (45 millones de dólares), para alentar la emigración de judíos de Francia, Bélgica y Ucrania El 10 de enero, Netanyahu irritó a Francia diciendo a los judíos franceses que Israel era ‘su hogar’, tras la toma de rehenes en el supermercado kosher que se saldó con la muerte de cuatro judíos.” Entonces lee tu Biblia: “Los caudillos de Judá dirán en su corazón: Nuestra fuerza son los habitantes de Jerusalén” (v.5 BTX) y “Jerusalén será otra vez habitada en su mismo asiento: en Jerusalén. Pero el Señor salvará primeramente las tiendas de Judá” (v.6-7 BTX). Como oí decir a un predicador mayor: “Leer las noticias en estos días es como leer la Biblia”. El gobierno de Israel, con todas las naciones en contra, sigue edificando viviendas en la ciudad de Jerusalén.

Gracias al Dios de los ejércitos los judíos serán atraídos a Jerusalén y tomarán el lugar que siempre les correspondía. En el versículo 7 fíjate en las palabras casa y tienda. Dios no permite que los ciudadanos de la ciudad importante de Jerusalén se ensalcen sobre los humildes habitantes de Judá. Así fue en el tiempo del nacimiento de Jesús, que los habitantes de Jerusalén fueron ignorados, mientras el nacimiento fue anunciado por el ángel a los pastores. Dios siempre toma en cuenta al menospreciado.

Hoy en día, Israel habita en medio de sus enemigos y, aunque es pequeña, destruirá a las naciones vecinas (v.8). Es interesante ver cómo Israel ha desplegado un sistema defensivo aéreo contra los ataques de cohetes llamado la cúpula de hierro. Sea cual sea la manera utilizada, Dios es el escudo que protege a Israel. Como a los soldados principales del ejército de David (2 S.23:8-39), Dios equipará con un poder sobrenatural a aquellos judíos en el último tiempo y, en el versículo 8, se ve claramente que el poder vendrá directamente del Señor.

Los judíos claman a Jesús

“Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán

Zacarías 12:10

 

  1. Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.

  2. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

  3. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido

  4. Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;

  5. los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;

  6. todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.

 

De acuerdo al propósito de Dios, las naciones se juntarán para ser destruidas (v.9), y Él vendrá a salvar a Su pueblo, que estará en grandes apuros; dos terceras partes morirán (13:8) y una tercera parte será grandemente refinada y probada (13:9). Estos clamarán al nombre del Señor y así reconocerán a su Mesías.

Al terminar la tribulación (la última parte de la semana 70, profetizada en Daniel 9), cuando todas las naciones vengan contra Jerusalén (v.3 y 14:2, también), los judíos llegarán a creer que Jesús de Nazaret es su Mesías prometido. El mismo ‘Yo’ que habla (v.10), que derrama el Espíritu, es el que dice ‘me mirarán’, probando dos cosas: que el que habla es el Ángel del Señor (desde 1:11), el Verbo de Dios (Jn.1:1); y es divino, porque derrama el Espíritu. El Espíritu Santo será derramado sobre el remanente de Israel con gracia, y este derramamiento producirá súplicas. Sólo el Espíritu, testificando de Jesús, puede abrir los ojos para que el pueblo le reconozca y crea. Su primera ayuda es una ayuda interior. Recibiendo la gracia serán fortalecidos (v.8; 2 Ti.2:1).

Zacarías, que ha estado citando, ahora sigue narrando: “Se afligirán por Él”. Orarán como nunca antes (v.10-14), con un profundo arrepentimiento, mirando a Jesús de Nazaret, y llorarán como Ana oró por un primogénito. Lo que expresa Zacarías (‘como quien llora por causa del unigénito’ o ‘como quien se aflige por el primogénito’) es un proverbio hebraico que tiene que ver con la deshonra y maldición de ser estéril. Pero esta aflicción será aún mayor porque se acordarán de su rechazo… han rechazado a su Unigénito…de no ser por la fe, al ver la gravedad de este pecado, se sumirían en una verdadera desesperación. Pero, como ésta es la obra del Espíritu, Él también comparte fe. El arrepentimiento toma lugar donde siempre, al pie de la cruz, viendo al Cristo traspasado (Sal.22:16 con Jn.19:37, Ap.1:7). Ocurrirá cuando Jerusalén caiga en manos de las naciones y, cuando reconozcan a Jesús por primera vez, alumbrados por el Espíritu, Él vendrá a socorrerlos (14:3-5).

En Meguido (v.11, Armagedón) es donde murió el amado rey, Josías (2 Cron.35:22-27), y el pueblo lo lamentaba. Es el mismo Valle de Jezreel, que también tiene un nombre compuesto de dioses paganos, Hadad-rimón. En este campo acontecieron muchas batallas. Así que, como sucedió en la muerte de Josías, habrá un lamento nacional (v.12-14). Natán es “hijo de David”, raras veces mencionado, pero sí, está en la genealogía de Jesús, por parte de María (Lc.3:31). Es la genealogía más humilde, que no procede del linaje de reyes, la cual enfatiza su humanidad. Esta es descrita por Lucas, el gentil. Mateo nos da el linaje real, mencionando a Jesús, el Rey de los judíos. Es el linaje de José, el padre legal de Jesús (Mt.1:1-16).

Entonces, tanto la familia más distinguida, la de los sacerdotes, como la menos distinguida, son mencionadas (v.13). Lo que quiere decir es que, desde los más pequeños hasta los más grandes en Israel, reconocerán el pecado contra su Mesías y se afligirán. Aunque no existen documentos desde que el templo fue destruido en el año 70, Dios no se ha olvidado de quien es quien en Israel, y durante siglos ha protegido los linajes (v.14). Estos linajes serán el remanente de Israel, la tercera parte que habrá sobrevivido a la persecución del anticristo.



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