13 Ago Libro del Profeta Zacarías
Posted at 08:04h
in Estudio de Zacarias
Libro del Profeta Zacarías
Un estudio expositivo por Lowell Brueckner
Capítulo 10
La lluvia tardía
¡Pedid!
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Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.
“¡Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía!” (v.1). ¿Qué es la lluvia tardía? Tenemos que ver la Biblia dentro del contexto en que fue escrita. No solamente ver el versículo en su contexto, sino poniendo el contexto escritural dentro del contexto del tiempo y el lugar en que fue escrito. No podemos ver este versículo en un contexto español, porque fue escrito según el clima de Israel. Si tenemos hambre y sed verdaderos de la palabra, investigaremos tales cosas, como Lucas, el gentil, investigó los asuntos judaicos al escribir su Evangelio. Me admiro del conocimiento que tuvieron Isaías y Ezequiel de la situación geográfica y política de su día. De marzo en adelante era el tiempo de la lluvia tardía. La lluvia temprana tenía que llegar en otoño para poder sembrar y esperar a que los granos sembrados brotaran. La lluvia tardía maduraba el grano en la espiga para la siega.
Seguramente estos acontecimientos naturales simbolizan algo espiritual, y las cosas naturales fueron creadas para ilustrar las cosas más importantes, como lo son las espirituales. Las bendiciones naturales tipifican las bendiciones espirituales. Lo tenemos en Santiago 5:7, con una lección en los versículos 17-18: “Elías era un hombre sujeto a pasiones, igual que nosotros, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto”. Aplicándolo a todo el periodo de la historia de la iglesia, la lluvia temprana espiritual cayó en el día de Pentecostés y continuó cayendo durante el libro de los Hechos. Fue el tiempo de sembrar la palabra en todo el mundo. Las palabras de Jesús también simbolizaban estas cosas (por ejemplo, la parábola del trigo y la cizaña). Pero nos falta la lluvia tardía antes de la siega.
Primeramente, el profeta nos manda “¡pedid!” Es un llamamiento a la oración. Cuando la iglesia se llena de oración, Dios derrama Sus bendiciones. Cuando Dios piensa en hacer algo en la tierra, mueve a Su pueblo a la oración. Vedlo en el Pentecostés: “Todos estos estaban unánimes, dedicados constantemente a la oración…” (Hch.1:14) El pueblo estaba orando. Estudia la historia de los avivamientos y verás que ninguno sucedió sin que antes el pueblo experimentara un tiempo especial de oración.
Pedid que Dios derrame un espíritu de oración. Cuando yo era niño, mi padre era director de Mokahum, una escuela bíblica para la gente nativa americana al norte del estado de Minnesota. Los estudiantes decidieron ayunar y orar cada lunes. Lo que empezó como una disciplina, llegó a ser una pasión. Oraban a veces hasta las dos de la mañana y la oración tomó el lugar de las pequeñas fiestas que antes hacían para divertirse. Después supimos que otros grupos, con los que los estudiantes no tenían ningún contacto, estaban orando al mismo tiempo. Como resultado, el Espíritu de Dios se movió sobre ese territorio. Al mismo tiempo, al sur de Minnesota, la comunidad de Betania estaba orando. Dios también derramó allí Su Espíritu y Betania llegó a tener fama por publicar libros cristianos.
En un campamento llamado Elim en Rumanía, pude conocer a un joven cristiano de la ciudad de Suceava. Mi compañero de habitación me dijo que teníamos otro compañero en la habitación que oraba constantemente con lágrimas para que Dios enviara un avivamiento. Con el tiempo pude estar con él y un grupo de jóvenes que se reunían cada mes, durante un fin de semana, en Vatra Dornei. Después de la última reunión de la noche ellos seguían en oración hasta la una o las dos de la madrugada, también derramando muchas lágrimas. En ese tiempo algunos pastores y ancianos de diferentes iglesias se reunían para orar en Suceava. Es una maravilla contemplar cómo Dios ha contestado esas oraciones y cómo Sus propósitos se han desarrollado en ese territorio, incluso el hombre mencionado empezó una editorial que publica excelentes libros.
Dios usa medios para hacer Su obra, para que este espíritu sea suelto entre el pueblo. ¿Qué puede usar Dios? Bueno, muchas veces, si estudiamos la historia de los avivamientos, vemos manifestaciones y demostraciones muy claras de la potestad del enemigo ocurriendo antes. En la escuela, en Minnesota, por ejemplo, fue descubierto que una alumna estaba poseída por demonios. Si ves la película de los avivamientos que han ocurrido en nuestros tiempos, verás a un brujo poderoso en Uganda que se oponía a los cristianos. Entre los esquimales, al oriente de Canadá, había muchas manifestaciones de demonios, suicidios y horribles borracheras. Dios toma estas situaciones y las cambia en un medio para despertar a Su pueblo y llamarlo a la oración.
El principio de la cruz
Fíjate en el principio espiritual tras las situaciones que he contado. En 2 Corintios 13:4: “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios”. Podemos llamar a esta enseñanza espiritual “el principio de la cruz”, algo que, en verdad, describe la vida cristiana… ¡La fuerza que hay en la debilidad es el secreto del éxito verdadero!… y Dios sabe como ponernos en un estado débil. Mira cómo Pablo menciona su caso en el mismo versículo: “Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con nosotros”.
Vemos como, en forma práctica, Dios le debilitó: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia: porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Co. 12:7).
El pueblo de Dios, humillado y debilitado frente a tales ataques, acude a la oración. Por fin cree y acepta lo que Jesús dijo: “Sin mí, nada podéis hacer”. No recuerdo quien escribió de ser reducidos a la oración. Habiendo estos dos elementos, la oración y el conocimiento y entendimiento de la Palabra, Dios mandará relámpagos, lluvia abundante y hierba verde en el campo de cada uno.
El estudio Bíblico
En la estación tardía. Una anotación en la Biblia Textual dice “lluvia primaveral”. Hay muchas condiciones relacionadas con la oración. Una tiene que ver con el tiempo, es decir, la estación. Daniel oró al estudiar la profecía de Jeremías sobre 70 años de cautiverio y vio que los 70 años ya se habían cumplido. Hay que pedir en el tiempo correcto; en otras palabras, hay que orar según la voluntad de Dios revelada en Su palabra (1 Jn.5:14). Esto requiere un estudio y entendimiento de las escrituras.
Profesamos ser creyentes, dirigidos por la Biblia, pero yo opino que el gran problema entre los cristianos hoy en día, es una ignorancia de las Escrituras y, porque es así, uno oye muchas excusas.
He oído que el entendimiento de la Biblia no es para todos, solamente para los maestros. He oído también en cuanto de los que “saben mucho de la Biblia” pero que no lo viven. ¡Olvídate de tales cosas!… son excusas y no es el mensaje que debemos escuchar.
El mensaje para nosotros debe concentrarse en nuestra ignorancia de la Biblia. En verdad oímos muy pocos estudios bíblicos. Lo que oímos normalmente son ideas. Sólo fíjate cómo empiezan los que comparten: “He estado pensando mucho sobre…”, relacionados con un tema y hallando versículos para apoyar tales ideas. Entonces otros repiten estas ideas y además añaden las suyas propias. Pero, a veces, tanto en las ideas originales como en las repetidas hay falsedades.
Perdonadme si os ofendo, pero no sé como vamos avanzar si no empezamos por ser muy sinceros acerca de nuestra situación. Hace poco tiempo, un amigo, muy buena persona, me habló de la advertencia que da Jesús para el que está en la azotea, de que “no baje a tomar lo de su casa” (Mt.24:17). Lo relacionó con lo que Jesús dijo a Sus discípulos de proclamar lo que escuchan al oído desde las azoteas. ¡Pensaba que Jesús quiere que nos quedemos en la azotea proclamando el evangelio durante la persecución! Le dije: “¡No!, Jesús está hablando de huir frente a una tribulación y se lo está diciendo a los que están en Judea, exclusivamente (v.16). Además ocurre en el tiempo de ‘la abominación desoladora’ (v.15). ¡No abandones a este pobre hombre predicando en la azotea!” Mateo dice al lector, refiriéndose a la abominación desoladora: “el que esté leyendo, entienda”. ¿Entiendes tú estas cosas? Nuestro hijo, David, me habló de cómo, cuando vivía en España, algunos cristianos de tiempo no sabían bien las historias bíblicas que un niño aprende en la escuela dominical.
Un estudio bíblico se hace tomando una porción, un capítulo, un libro entero y enseñándolo versículo tras versículo, sin tomar en cuenta nuestra situación, costumbres o programa. Enseñamos así la Biblia por lo que ella misma dice, ajustando nuestra situación a la de la Biblia y no ajustando la Biblia a nuestra situación. Solamente intentamos entender lo que su Autor, el Espíritu Santo, quiso decirnos desde el día en que esas Palabras fueron escritas.
No hace mucho tiempo escuché a un doctor de teología, profesor del Antiguo Testamento en una universidad cristiana. Él es bautista y estuvo predicando en una iglesia bautista sobre hablar en lenguas. Normalmente los bautistas no hablan en lenguas, ni creen que es un don para nuestros días. Habló fuertemente contra los cristianos que solamente repiten lo que han oído en su denominación, y no investigan la Biblia con sinceridad, con un corazón abierto. Preguntó y habló más o menos como lo pongo aquí: “¿Crees que tú sabes o vosotros sabéis la verdad y que los demás están equivocados? Pues sí, nosotros somos los preferidos de Dios y si Dios hace algo o enseña algo, seguramente lo hará con nosotros primeramente. ¡Qué arrogancia!” Entonces, para enfatizar su disgusto, fingió escupir…¡Me gustó cantidad!
La visitación del Señor de los ejércitos
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Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor.
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Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la
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De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todo
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Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán
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Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré.
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Y será Efraín como valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová.
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Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán multiplicados tanto como fueron antes.
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Bien que los esparciré entre los pueblos, aun en lejanos países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán.
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Porque yo los traeré de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no les bastará.
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Y la tribulación pasará por el mar, y herirá en el mar las ondas, y se secarán todas las profundidades del río; y la soberbia de Asiria será derribada, y se perderá el cetro de
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Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.