Iglesia de Cristo “Mateo Cosidó”

Iglesia de Cristo “Mateo Cosidó”

La Historia detrás del Himno

HIMNO: IGLESIA DE CRISTO
AUTOR: MATEO COSIDÓ

 

Mateo Cosidó nació en Tortosa (Tarragona), probablemente en el año 1825. Marchó a vivir a Burdeos (Francia) donde conoció el evangelio y se convirtió a finales de 1857, a través del evangelista sevillano Manuel Pinto, quien como no tenía materiales impresos predicaba mediante la palabra hablada. En el año 1858, siendo agente de la Sociedad Bíblica Francesa, fue cedido al Comité de París, donde siguió trabajando para propagar el evangelio, y eso le llevó a viajar al sur de Francia, llegando hasta el Valle de Aran. Ayudado por la Sociedad Bíblica Protestante y la Sociedad Evangélica de Francia, dedicó todo su empuje y su esfuerzo a la difusión de las Sagradas Escrituras, usando ya versiones de Reina-Valera y no traducciones católicas. Antes de la Revolución Gloriosa se marchó a trabajar a Madrid y después de la revolución comenzó a cooperar con William Gould de las Asambleas de Hermanos. Su gran amor por escribir poesía le llevó a escribir himnos que todavía en la actualidad siguen siendo muy conocidos en nuestras iglesias. En el año 1870, Cosidó estaba pasando un mes en Barcelona cuando la epidemia de fiebre amarilla causó verdaderos estragos entre la población, y después de predicar en la iglesia de la Barceloneta, se dirigió a Valencia para abrir una obra nueva , de camino se quedó unos días con su familia en Tortosa donde empezó a notar los síntomas de la enfermedad, fue puesto en cuarentena y después de esta murió. Su viuda Dolores Rollan, maestra de profesión, fue reclamada por el amigo de Mateo Cosidó, el misionero George Lawrence, quien la hizo venir a Barcelona junto con su hijo, para que trabajara en sus escuelas, entrando a formar parte de la Asamblea de Hermanos de la calle Ferlandina (Barcelona). Entre los Himnos más famosos de Mateo Cosidó se encuentran: –Aquí juntos reunidos — ¡Oh Jesús Señor del cielo! Y también al que damos paso a su lectura: Iglesia de Cristo Iglesia de Cristo, reanima tu amor, Y espera velando a tu augusto Señor; Jesús, el esposo, vestido de honor, Viniendo se anuncia con fuerte clamor. Si falta en algunos el santo fervor, La fe sea en todos el despertador; Velad, compañeros, velad sin temor, Que está con nosotros el Consolador. Quien sigue la senda del vil pecador, Se entrega en los brazos de un sueño traidor; Mas para los siervos del buen Salvador, Velar esperando es su anhelo mejor.



Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar