De heladas cordilleras «Reginald Heber»

De heladas cordilleras «Reginald Heber»

La Historia detrás del Himno

DE HELADAS CORDILLERAS

HIMNO:DE HELADAS CORDILLERAS AUTOR: REGINALD HEBER Reginald Heber fue el hijo distinguido de un padre noble, perteneciente a la Facultad Brasenose de Oxford. Nació en Malpas, Inglaterra en 1783, y cuando tenía tan solo 17 años, entró en la Facultad de su padre, donde hizo una carrera brillante. Su poema sobre “Palestina” es uno de los pocos poemas premiados que han existido. Entró en el ministerio en la Iglesia de Inglaterra. Por 16 años fue Vicario de Hodnet. Durante esta parte de su vida, a menudo había sentido un cariño al acecho por la India, había trazado en el mapa los viajes de los indios y se había sentido tentado a desearse obispo de Calcuta. A la edad de 40 años fue nombrado Obispo de Calcuta El señor Thackeray escribe acerca de él casi en forma proverbial: “El encantador poeta, el feliz poseedor de toda clase de dones y reconocimientos -nacimiento, ingenio, fama, carácter elevado, competencia- era el sacerdote amado en su propia casa de Hodnet, aconsejando a la gente en sus problemas, aconsejándoles en sus dificultades, arrodillándose a menudo junto a sus camas en la enfermedad, a riesgo de su propia vida; donde había lucha, el pacificador; donde había carencias, el dador liberal.” Desde el principio, hasta el final en que rindió su vida tras un corto episcopado en India, era una persona de gran valor. Cuando era niño, el doctor propuso hacerle sangrar por la tosferina. Su enfermera protestó, pero el pequeño sufridor lo solucionó con estas palabras: “Envía a la enfermera abajo, yo no me agitaré. No me sujete.” Y extendió su brazo para la lanceta. Ningún recuerdo de los anales indios es más sagrado que el de los tres años de incesantes viajes, espléndida administración y santo entusiasmo de su mandato como sede de Calcuta. Ordenó al primer cristiano nativo: Christian David. Su primera visita se extendió por Bengala, Bombay y Ceilán; y en Delhi y Lucknow estuvo postrado por la fiebre. Cuando le ofrecieron el Obispado de Calcuta por segunda vez, sintió que era el llamado de Dios, y no lo pudo rechazar. Tras tres cortos años repletos de labor apostólica y devoción, años de progreso en todas las direcciones, murió en Trichinopoly a la temprana edad de 43 años, en un gran baño de agua fría. 1. De heladas cordilleras y playas de coral, de etiópicas riberas del mar meridional, nos llaman afligidos a darles libertad naciones sumergidas en densa oscuridad. 2. Nosotros, alumbrados de celestial saber, ¿a tantos descarriados dejamos perecer? A todos, pues, llevemos gratuita salvación; el Cristo prediquemos que obró la redención. 3. Llevada por los vientos la historia de la cruz, despierte sentimientos de amor al buen Jesús; prepare corazones, enseñe su verdad en todas las naciones según su voluntad.



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