Jesús es mi rey soberano
Jesús es mi rey soberano Autor: Vicente Mendoza Jesús es mi rey soberano; mi gozo es cantar su loor; es rey, y me ve cual hermano; es rey y me imparte su amor. dejando su trono de gloria, me vino a sacar de la escoria, y yo soy feliz, y yo soy feliz por él. historia detrás del himno Vicente Mendoza nació el 24 de diciembre de 1875, en Guadalajara, México, y murió en 1955, en la ciudad de México, a la edad de 80 años. Mendoza estudió inicialmente con don Aurelio ortega. A los 11 años se fue a trabajar a una imprenta protestante en la ciudad de México y ayudó a producir para la iglesia metodista del sur; revista de la cual llegó a ser director durante 17 años. Buscando mejorar profesionalmente, Mendoza se matriculó en una escuela nocturna para trabajadores, pero luego, sintiendo el llamado a predicar el evangelio, ingresó al seminario presbiteriano en la ciudad de México. Cuando el seminario cerró temporalmente, Mendoza ingresó al instituto metodista de puebla, donde terminó el curso de teología. Desde que era estudiante traducía himnos al español y escribía música y letra, hasta llegar a tener más de 300, publicando un himnario llamado: “Himnos selectos”, con 10 ediciones. Dijo que el himno: Jesús es mi rey soberano fue inspirado durante un importante aguacero. Como no podía salir a la calle se puso a tocar el piano pensando en la maravillosa verdad al pensar que Jesucristo es a la vez el rey soberano y el amigo anhelado, escribiendo así el himno, que lo terminó el mismo día. En 1898 se convirtió en miembro de la conferencia anual de la iglesia metodista mexicana. De 1915 a 1917, perteneció a la conferencia metodista del sur de california. Fue profesor de un seminario evangélico y ayudó en la obra con gozo hasta los 80 años. Mendoza trabajó en varios periódicos, incluyendo el mundo cristiano, el abogado cristiano, y el evangelista cristiano. Jesús es mi rey soberano; mi gozo es cantar su loor; es rey, y me ve cual hermano; es rey y me imparte su amor. dejando su trono de gloria, me vino a sacar de la escoria, y yo soy feliz, y yo soy feliz por Él. Jesús es mi amigo anhelado, y en sombras o en luz siempre va paciente y humilde a mi lado, y ayuda y consuelo me da. por eso constante lo sigo, porque Él es mi rey y mi amigo, y yo soy feliz, y yo soy feliz con Él. Señor, ¿qué pudiera yo darte por tanta bondad para mí? ¿me basta servirte y amarte? ¿es todo entregarme yo a ti? entonces acepta mi vida, que a ti solo queda rendida, pues yo soy feliz, pues yo soy feliz por ti.