Yo me rindo a Él
“Todo a Cristo Yo lo Rindo” Es uno de los himnos más cantados en la Historia de la Iglesia. Conocido en el himnario español bajo el título “Yo me rindo a Él”, la traducción no permite revelar toda la fuerza y la gracia que define su título expresado en el idioma inglés original: “Yo lo rindo todo”. Este detalle semántico cambia profundamente el sentido de todo el mensaje de la canción más trascendente de estos autores. Conocer de sus vidas nos hace comprender el perfecto correlato entre la poesía de este bello tema y la dedicación al Señor de estos hombres de Dios. “El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.” Mateo 10:39 El texto del Himno I Surrender All (Yo lo rindo todo) fue escrito por el autor mientras que él recordaba el día que había entregado su vida a Cristo y se había dedicado totalmente al servicio cristiano. Van de Venter menciona como se escribió el himno: La canción fue escrita mientras se dirigía a una reunión East Palestine, Ohio, en el hogar de George Sebring , fundador de The Sebring Campmeeting-Bible Conference en Sebring, Ohio, y posteriormente superintendente en la ciudad de of Sebring, Florida. “Durante mucho tiempo había luchado entre desarrollar mis talentos en el campo del arte y entrar a tiempo completo al trabajo evangelístico. Finalmente, las idas y venidas de mi vida concluyeron y en un día entregué toda mi vida a los piés del Señor Jesucristo”. “Me hice Evangelista y descubrí, en el fondo de mi alma una vocación desconocida para mí. Dios puso una canción en mi corazón, y tocando una suave melodía me hizo cantar”. Judson Van de Venter nació en una granja cerca de Dundee, Michigan, el 5 de Diciembre de 1855. Después de graduarse en la universidad de Hillsdale, se transformó en profesor de arte y más adelante en supervisor en las escuelas públicas de Sharon, Pennsylvania. Él fue también un miembro activo en su iglesia metodista episcopal. Durante ese tiempo, se metió de lleno en al trabajo evangelístico que promovía su Iglesia. Reconociendo su talento inusual para el servicio cristiano, sus amigos comenzaron a impulsarlo para que se dedicara a la enseñanza y el evangelismo. Por los cinco años próximos, Van de Venter dudó entre el desafío del ministerio y el de hacerse un artista reconocido. Después de su decisión para entregar su vida completamente a Cristo, él viajó extensivamente a través de los Estados Unidos, Inglaterra, y Escocia en trabajo evangelístico. Su asociado y cantante, Winfield S. Weeden lo asistió por muchos años. El Dr. Billy Graham, conocido evangelista del siglo XX, escribió este tributo a Van de Venter en el libro, Crusade Hymn Stories, editado por Cliff Barrows: “Uno de los evangelistas que más influenciaron mis primeros tiempos de predicador fue el autor de himnos, que escribió “Yo me rindo a Él”, Judson Van de Venter. Él era un visitante regular del Instituto Bíblico de la Florida (ahora Univesidad Bíblica de la Trinidad) a finales de los años 30. Los estudiantes amábamos sus clases. Un caballero profundamente espiritual. A menudo ofrecía su hogar de invierno en Tampa, la Florida, para compartir una tarde de liderazgo y adoración”. Van de Venter, quien falleciera en 1939 fue uno de los más grandes evangelistas de su tiempo y miles de almas llegaron a los pies de Cristo a través de sus predicaciones. El compositor de la música para el texto del himno, Winfield S. Weeden, era un viejo amigo de Van de Venter y socio en el trabajo evangelístico. Van de Venter y Winfield Weeden también colaboraron en escribir el popular himno evangélico “Sunlight”. En la piedra sepulcral de Judson W. Van de Venter está inscrito el título del himno que resumió su vida, “I surrender All” “Todo a Cristo Yo lo Rindo” Yo me rindo a Él, Yo me rindo a Él, Todo a Cristo yo me entrego, Yo me rindo a Él.