FUENTE DE LA VIDA ETERNA
HIMNO:FUENTE DE LA VIDA ETERNA AUTOR: ROBERT ROBINSON Cántico creado en 1757 por el creyente Robert Robinson, habla de la gracia de Dios. Basado en 1 Samuel 7:12 Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová. Su mensaje enterneció y alentó el corazón de muchos cristianos en diversas partes del mundo. El himno “Fuente de la vida eterna”, escrito por el autor inglés Robert Robinson, es uno de los cánticos cristianos más admirados a nivel mundial. Aunque su mensaje espiritual ha enternecido y alentado el corazón de muchos evangélicos que han entonado sus melodiosas palabras dándoles significado, la belleza de esta canción resalta aún más cuando se descubre la cadena de acontecimientos asociados con sus orígenes y se explora la trascendencia que ha logrado a lo largo de sus 258 años de historia. Robinson nació el 27 de septiembre de 1735, en la ciudad británica de Swaffham, en el seno de un hogar cristiano pobre. Como cualquier familia, sus padres tuvieron elevadas aspiraciones para su hijo. La esperanza de su madre Mary Wilkin era que un día pudiese convertirse en pastor y predicar la Palabra de Dios. Sin embargo, esa posibilidad pareció desvanecerse en 1740 cuando su padre murió inesperadamente. Entonces, con poco dinero para sobrevivir, Wilkin ya no contó con las imprescindibles reservas para que Robert fuese al colegio. Robert Robinson perdió a su padre a los ocho años de edad. Era un niño muy inteligente, pero igualmente testarudo, quien cada día le resultaba más fácil de controlar a su madre. Al cumplir los 14 años, ella lo envió a Londres a estudiar con un barbero. Robert se metió cada vez en más problemas sumiéndose en los juegos de azar y la bebida. A la edad de 17 años, Robert y algunos amigos de andanzas decidieron asistir a una reunión evangelista, con la intención de burlarse de lo que vieran. Cuando George Whitfield empezó a predicar, Robert sintió que el sermón era especialmente para él. No respondió al llamado de esa noche, pero las palabras del evangelista lo acecharon durante los siguientes tres años. El 10 de Diciembre de 1755, a los 20 años, Robert finalmente entregó su vida a Cristo, y poco tiempo después respondió al llamado del ministerio. Dos años después, mientras preparaba un sermón en la Capilla Calvinista Metodista en Norfolk, Inglaterra, Robert escribió Fuente de la vida eterna para complementar su sermón. La música de este himno fue compuesta por Asahel Nettleton en 1813. Fuente de la vida eterna Y de toda bendición; Ensalzar tu gracia tierna, Debe cada corazón. Tu piedad inagotable, Abundante en perdonar, Único ser adorable, Gloria a ti debemos dar. De los cánticos celestes Te quisiéramos cantar; Entonados por las huestes, Que lograste rescatar. Almas que a buscar viniste, Porque les tuviste amor, De ellas te compadeciste, Con tiernísimo favor. Toma nuestros corazones, Llénalos de tu verdad; De tu Espíritu los dones, Y de toda santidad. Guíanos en obediencia, Humildad, amor y fe; Nos ampare tu clemencia; Salvador, propicio sé.