¿Cómo lees?

¿Cómo lees?

Leer la biblia detenidamente (2ª Parte)

¿Cómo Lees? La Biblia

LEER LA BIBLIA DETENIDAMENTE (2ª PARTE)


El significado de muchas de las cosas que enseñamos a nuestros hijos, ¿no lo aprenderán más tarde? ¿Por qué, pues, debe sorprendernos el encontrar cosas profundas y difíciles de entender cuando empezamos a estudiar la Palabra de Dios?

¿Por qué no perseveramos en el estudio y confiamos en que un día la luz caerá sobre estas cosas difíciles?

Esto es lo que debemos creer y lo que hemos de esperar.

Debemos leer la Palabra con humildad, creyendo que lo que ahora no sabemos lo sabremos algún día, quizás en este mundo, quizás en el venidero, pero lo sabremos.

Pero a la persona que ha abandonado la lectura de la Biblia simplemente porque ha encontrado cosas profundas, debe preguntársele si no ha encontrado también muchas cosas sencillas y fáciles de entender.

¿Acaso no se muestran con diáfana sencillez las cosas necesarias para la salvación? ¿Qué pensaríamos de un capitán que en medio de la noche dirigiera su barco hacia el Canal de la Mancha, y dijera que no podía encontrar el estuario del Támesis para ir a Londres?

¿No le tildaríamos de holgazán y cobarde?

Sus objeciones carecerían de fundamento, porque las innumerables luces y faros a lo largo de la costa y a la entrada del estuario hacen que la entrada al río sea fácil.

¿Por qué no se guía por estas luces?

Y lo mismo debemos decir a cualquier persona que abandona la lectura de la Biblia por el hecho de que ésta contenga cosas profundas. ¿Por qué dejarla?

¿No brillan con todo su fulgor las luces que nos muestran nuestro estado espiritual y el camino al cielo y el camino para servir a Dios?

Debemos decir a esta persona que sus objeciones no son más que excusas perezosas que no merecen ni ser oídas.

Muchos levantan la objeción de que hay muchas personas que leen la Biblia, pero no por ello son, en lo más mínimo, mejores que las otras. «En este caso» nos preguntan, «¿dónde está aquel poder de la Biblia del que tanto se habla?»

La razón por la cual tantas personas leen la Biblia sin provecho espiritual alguno, es simple: no la leen detenidamente.

Por lo general las cosas en el mundo se pueden hacer de dos maneras: bien o mal; y lo mismo sucede con la lectura de la Biblia. A menos que sea con humildad y oración sincera, de poco provecho espiritual nos será.

El mejor reloj de sol que se pueda construir, de nada nos serviría si fuéramos tan ignorantes como para ponerlo en la sombra.

Si la lectura de la Biblia no aprovecha a ciertas personas, la culpa no es de la Biblia, sino de éstas. El abuso de una cosa no constituye argumento alguno en contra del uso de la misma.

Tal como hicieron los de Berea y el eunuco etíope, la Biblia ha de leerse con perseverancia y humildad

Hechos 8:28: Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,  volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.

Hechos 17:11: Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

En el día del juicio ningún alma podrá levantarse y decir que con sed escudriñó la Biblia y no encontró en sus páginas el agua viva con que saciarla.

Todo aquel que escudriña la Escritura, encuentra el manantial de vida. Las palabras de la Sabiduría, en el libro de Proverbios, son bien ciertas con referencia a la Biblia: «Si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros; entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios.” (Proverbios 2:3-5.)

Es sobre este maravilloso Libro sobre el que estoy hablando al lector. No es algo sin importancia lo que tú haces con la Biblia.

¿Qué pensarías del hombre que, bajo una infección de cólera, despreciara la medicina que podía devolverle la salud al cuerpo?

Pues lo mismo harías tú con tu alma si despreciaras la única medicina que puede proporcionar la vida eterna.

Te ruego y te suplico que contestes con toda sinceridad a mi pregunta: ¿Qué estás haciendo con la Biblia? ¿La lees? Y si la lees,
¿CÓMO LA LEES?

Extracto del libro: «El secreto de la vida cristiana» de J.C. Ryle

Muchas gracias y que Dios bendiga vuestra lectura de su palabra dándoos revelación de él en ella.

Lee la biblia



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